Conecta con tu energía femenina: Regresa a tu centro, a tu esencia, a tu verdad

A veces sentimos que el ritmo del mundo nos arrastra. Corremos, exigimos, producimos... y sin darnos cuenta, nos alejamos de nosotros mismos.
La energía femenina no se encuentra en la prisa ni en el control. Vive en la pausa, en el sentir, en la intuición.

Este artículo es una invitación amorosa a volver a ti. A reconectarte con tu sabiduría interna, a despertar tu energía femenina y permitirte vivir desde tu verdad.

Somos seres duales. Vibramos entre dos polaridades, la energía femenina y la energía masculina.
Tener el corazón abierto nos conecta con nuestra polaridad femenina, con nuestra capacidad de nutrir, de dar desde el corazón.

De forma inconsciente, muchas veces nos polarizamos más hacia una de ellas. Hay etapas en las que predomina nuestra acción, el control, la dirección (energía masculina); y otras en las que nos abrimos a recibir, a sentir, a sostener (energía femenina).
El equilibrio no está en eliminar una de ellas, sino en integrar ambas energías. Ser conscientes de cómo se expresan en nosotros y equilibrarlas con amor.

Mujer en calma, con ojos cerrados, conectando con su energía femenina interior

Cuando nos desconectamos de nuestra energía femenina, aparecen síntomas sutiles, pero relevantes: ansiedad, insomnio, sobrecarga mental, desconexión del cuerpo, dificultad para recibir, necesidad constante de hacer,…

Cuando aparecen alguno de estos síntomas es un llamado interno, tu alma te está pidiendo volver, regresar a tu centro y re-equilibrar nuevamente ambas polaridades.

La energía femenina es receptiva, intuitiva, profunda.
Te invita a sentir antes de decidir, a habitar tu cuerpo antes que tu mente, a soltar el control, a permitirte sentir vulnerabilidad para ti mism@.

Reconectar con esta energía no requiere rituales complejos, basta con una respiración consciente, una pausa, un abrazo propio.
Puedes nutrir tu energía femenina con:

Meditación en 3 pasos para reconectar con tu energía femenina:

  1. Siéntate en silencio, cierra los ojos.

  2. Coloca una mano sobre tu corazón y otra sobre tu vientre.

  3. Respira lento… profundo… suave.

Pregúntate:
¿Qué necesito hoy para volver a mí?

Quédate unos minutos en silencio. Escúchate sin juicio. Tu corazón se abre y desde ahí, siente y vive.

Si deseas acompañamiento para reconectar con tu sabiduría interna, puedes:

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Ansiedad: energía sin dirección